Sermones: Oseas

Un amor que nunca se rinde, nunca se da por vencido*

Oseas

¿Cómo es Dios como una Estrella de una telenovela? Es una pregunta absurda, pero eso es lo que parece el libro de Oseas. Hay una pareja luchando con infidelidad, hay hijos de paternidad incierta, hay amenazas de violencia, lenguaje dramática con emociones fuertes. ¿Por qué está todo eso en la Biblia, además, implicando a Dios en el rollo?

Es porque en Oseas, vemos que el amor de Dios para nosotros es un amor que nunca se rinde, nunca se da por vencido, que siempre busca lo mejor para nosotros. Y lo mejor es Él. No hay nada mejor en el universo que Dios.

Pero antes de ver cómo es ese amor de Dios, vamos a ver la situación de nuestra historia. Acordemos que estamos explorando los libros del AT. Hemos visto Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel…nos habló de su tocayo. En esta serie tenemos 3 metas:

  1. Queremos ver la historia de Dios en la Biblia. Queremos entender qué está haciendo Dios desde Génesis hasta Apocalipsis. Entonces en cada libro estamos explicando dónde va en la historia de Dios en la Biblia.
  2. Queremos conocer cada libro, por lo menos un poco. Si hablamos de Números o de Ester o de Lamentaciones, queremos que más o menos lo ubiques y sepas de qué se trata.
  3. Queremos sentir el mensaje de cada libro para que el mensaje de Dios para su pueblo nos toque también. Esto es para que salgamos con el impacto del mensaje de Daniel.

Entonces ahora, quiero lograr punto 1 con nuestro libro de hoy, el libro de Oseas. Oseas es el primer libro en la sección que se conoce como los profetas menores. No son “menores” porque son menos importantes ni porque eran “menores de edad”, sino porque sus profecías eran más cortos que las de Isaías, Jeremías, Ezequiel, y Daniel. Pero NO son menos importantes. Los judíos juntaron estos en un solo rollo que le dicen “Los 12”. No es muy creativo ese nombre, pero nos dice cuántos hay… ¡12! ¿Alguien puede decirlos? Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías. Pues son sin duda la sección menos conocida de la Biblia. Son cortos, fueron escritos a un pueblo lejano hace MUCHOS años y, francamente, son muy difíciles de entender Y deprimentes. Pero somos una iglesia nueva en Pueblo Nuevo, entonces, no tememos los retos, ¿verdad? Pero más importante, estos libros también son la Palabra de Dios, dados, inspirados por Él para “enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia.” Entonces, podemos aprender, necesitamos aprender, de estos libros de los profetas menores, o “Los 12”.  Ven la lista. Pueden ver que su orden es más o menos cronológico, aunque con algunos como Joel y Abdías no sabemos de qué época predicaban. Pero todos eran profetas enviados por Dios con un mensaje para su pueblo. Los nombres en negro fueron enviados al norte, al reino de Israel. La mayoría fueron enviados al sur, a Judá. Les refresco la memoria con este mapa de los dos reinos. Como ven, el reino de Judá en el sur (línea verde) era más estable y duró más tiempo (350 años), con una sola familia, la de David. Había 20 reyes, 8 más o menos buenos, o sea, seguían y trataban de obedecer a Dios. Pero hoy nos enfocamos en el reino del norte, Israel (línea amarillo). Duró un poquito más de 200 años, tenía mucha inestabilidad—19 reyes, todos malos. Puse las familias más importantes en su historia, la de Jeroboám I, de Omri y de Jehú. Son las familias que más tiempo reinaban, pero había varias otras. Israel era un lugar muy rebelde, lleno de violencia y desobediencia a Dios. Y ahora nos vamos a ubicar en el tiempo. Básicamente estamos a la mitad de la historia de los reyes de Israel, entre David y la destrucción de Jerusalén, como ven debajo de la línea. Arriba puse los nombres de algunos profetas, Samuel, Eliseo (que no tiene libro), Isaías, y Jeremías. Oseas está en medio y puse un rollo para ubicar Los 12, que empiezan más o menos en los tiempos de Oseas y siguen hasta 150 años después de esta línea hasta Malaquías. Y si ven debajo de la línea otra vez, ven Jeroboam II. Él era probablemente el rey más rico, más poderoso, más exitoso en la historia de Israel. Era el 4º rey en una familia que reinó por 100 años. Bajo su dirección, el reino de Israel se amplió hasta los límites, o más, de los poderosos y buenos reyes de David y Salomón. Nunca alcanzó tener más territorio Israel que en los tiempos de Jeroboam II. Eso es bueno, ¿no? Significa la bendición de Dios y Su mano defendiendo a su pueblo, ¿no? Pues, no. A través de estos profetas, en especial Oseas y Amós, sabemos que Israel era como un huevo podrido. Todo se ve bien por fuera, pero apesta por dentro. Un pequeño grieto y ¡horror!

En fin, Dios estaba dando un último respiro antes del juicio final. Oseas presenta un caso legal contra Israel. Usa mucha de la historia de Israel y presenta el caso que tenían un pacto con Dios y ellos lo rompieron. Así la estructura del libro es: capítulos 1-3 el matrimonio de Oseas y capítulos 4-14, las demandas y los juicios de Dios contra Su pueblo.

La idea del libro se encuentra en 4:1: “Escuchen, israelitas, la palabra del Señor, porque el Señor va a entrar en juicio contra los habitantes del país” Aquí Dios está diciendo, yo hice un pacto, un trato con Uds. y lo rompieron. Entonces, ¿qué se hace si tienes un contrato con alguien no cumplen? Estuvimos hablando de eso con Daniel por una situación hipotética: van al corte para castigarte, para que pagues, ¿no? Pues Dios está haciendo esto con la nación de Israel en el libro de Oseas.

Y lo hace con el siguiente argumento que se repite tiempo tras tiempo.

  1. Presenta evidencia. Oseas 4:1-2 dice: “Ya no hay entre mi pueblo fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios. Cunden, más bien, el perjurio y la mentira. Abundan el robo, el adulterio y el asesinato. ¡Un homicidio sigue a otro!” Estas son las evidencias: mentiras, robo, adulterio, asesinatos. Todo lo injusto. Acuerdate, que la nación está en su auge. Pero según Dios, no lo están agradando. Han roto su pacto y esto es la evidencia. 66% del libro es Evidencia de su infidelidad a su pacto con Dios (WBC 31, Stuart, p. 17).
  2. Da Maldiciones. Sigue en 4:3 diciendo, “Por tanto, se resecará la tierra, y desfallecerán todos sus habitantes. ¡Morirán las bestias del campo, las aves del cielo y los peces del mar!” Más o menos 25% del libro consiste en maldiciones (WBC 31, Stuart, p. 17-18).
  3. Pero finalmente hay Esperanza. “¡Vengan, volvámonos al Señor! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará. Después de dos días nos dará vida; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia.” No hay esperanza en muchas partes, pero sí, hay, según este hombre que contó: menos de 10% (WBC 31, Stuart, p. 17-18). Dios nunca abandona su pueblo, siempre hay esperanza si nos arrepentimos.

Entonces, tenemos esta circunstancia: Dios hizo un pacto con Israel en el Monte Sinaí. Él, como siempre fue fiel y generoso, pero Israel salió buscando a otros dioses, satisfacción con otros, prosperidad y riquezas por medio de otros símbolos. Y ellos rompieron su pacto con Dios. Y Dios usa Oseas para, de una manera gráfica, comunicar el horror de lo que han hecho. La poesía en Oseas es difícil, léelo en casa, y lo debes leer, pero es difícil. Pero la historia de Oseas y su esposa no es. Escuchemos.

¿Acuérdanse que dije que Oseas es como telenovela? Y que Dios está en medio de las cosas? Pues ahora escuchamos la telenovela, porque Dios lo escribió primero en la vida de Oseas.

Oseas y Gómer I: Lee capítulo 1

Escuchando este capítulo, ¿qué oyes? Un hombre y mujer que se casan y tienen hijos…pero con nombres raros. Pero aún antes, ¿qué te llama la atención? “Ve y toma por esposa una prostituta, y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!” ¡Qué raro! ¿No sabe Dios que no se habla así en la Biblia? Hay un debate entre los expertos si Dios le dijo a Oseas tomar una prostituta actual o una mujer que sería prostituta. El idioma original no es claro. Pero al parecer, se casan y tienen hijos y… pues les pone nombres rarísimos… Jezrel, y “Indigna de compasión” y “Pueblo ajeno”. ¿QUÉ? Pues, Dios está contando una historia a través de los hijos de Oseas.

  1. “Jezrel” era un valle donde 90 años antes, el primer rey en la familia de Jeroboam II mató en sangre fría toda la familia del rey anterior. Él estaba tomando el reino por una profecía de Dios, pero lo hizo con una violencia innecesaria. Dios juzgará esa violencia. El primer hijo de Oseas y Gómer es un recuerdo que Dios juzga.
  2. “Indigna de compasión”: Literalmente su nombre de su hija es “Lo rujama” “No compasión”. La palabra “compasión” es la matriz para recordar la compasión que una madre tiene para su bebe. Este nombre rarísimo, entonces, es para decir qué tanto Israel ha destruido su pacto con Dios para que el ya no tenga compasión de ella. Ya no será como padre e hija.
  3. “Pueblo ajeno”: El tercer bebé que tiene Gómer, y quien sabe si es hijo de Oseas, es llamado, “No mi pueblo”. Israel no es el pueblo de Dios, como “Lo amí” “Pueblo ajeno” no es el hijo de Oseas.

Mira, esto no es un matrimonio feliz. No es un hogar feliz. Todo está en desorden. Y La Historia tras la Historia es que Israel está en graves problemas con Dios. Pero no termina con eso, porque…

Hay unas palabras más acerca de La Historia tras la Historia: “10 »Con todo, los israelitas serán tan numerosos como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el mismo lugar donde se les llamó: “Pueblo ajeno”, se les llamará: “Hijos del Dios viviente”. 11 El pueblo de Judá se reunirá con el pueblo de Israel, y nombrarán un solo jefe y resurgirán en su país, porque grande será el día de Jezrel. 2 »Llamen a sus hermanos: “Pueblo mío”, y a sus hermanas: “Compadecidas”.” Dios nunca nos deja sin esperanza, aun cuando estamos viendo una telenovela que tiene 2700 años. Y así termina capítulo 1, con nombres cambiados. Una nación en lugar de dos, “Mi Pueblo” donde no y “Compasión” en lugar de “Indigna de Compasión”.

Pero la gran idea de capítulo 1 es este: el pacto entre Dios e Israel está roto, como el pacto entre Oseas y Gómer.  Vamos a capítulo 2.

Oseas y Gómer II: Lee capítulo 2

Capítulo 2 es un poema en que, al parecer, Oseas hace esa conexión entre su relación rota con Gómer y el pacto roto entre Dios e Israel. Oseas y Gómer son los actores. Ella lo deja por amantes. Ella llega hasta la prostitución. Sí, ¡todo esto está en la Biblia! Pero La Historia tras la Historia (o LHTLH) es que esto es lo que está pasando con Dios. Y nosotros, que podemos ver o sentir o imaginar lo que son problemas, hasta graves, en un matrimonio, podemos entender algo de lo que hace el pecado contra Dios.  La vergüenza. El pecado es un tipo de prostitución vender lo que pertenece a Dios, nosotros, a otra cosa. Las consecuencias del pecado son: pobreza, el ruino, y muerte. Y finalmente, vemos la esperanza. Dios ama a Israel con un amor que nunca se rinde, nunca se da por vencido, que siempre busca lo mejor para nosotros. Eso es la historia tras la historia del desastre que el la familia de Oseas.  Y tiene un acto final, en capítulo 3.

Oseas y Gómer III: Lee capítulo 3

Hay un nuevo comienzo. Oseas aparentemente, tiene que comprar a su esposa de la esclavitud. 15 monedas es la mitad del precio normal en esa época. Gómer está en graves problemas y Oseas le da un nuevo comienzo. La Historia Tras la Historia es que Dios va a hacer lo mismo con Israel. “Ciertamente los israelitas vivirán mucho tiempo sin rey ni gobernante, sin sacrificio ni altares, ni efod ni ídolos. Pero después los israelitas buscarán nuevamente al Señor su Dios, y a David su rey. En los últimos días acudirán con temor reverente al Señor y a sus bondades.” (3:4-5) Hay esperanza. …

 

El libro sigue 11 capítulos después de la historia de Oseas y Gómer. 11 capítulos que son como les dije, el caso de Dios contra su pueblo. Él hace una demanda contra Israel por su (de Israel) infidelidad al pacto. Están llenos de evidencias de su maldad (incluso especifica capítulo 4 la infidelidad de los hombre israelitas; esto no es un ataque contra la mujer), de maldiciones,  y de esperanza. Porque el amor de Dios es un amor que nunca se rinde, nunca se da por vencido, que siempre busca lo mejor para nosotros. ¿Lo crees? ¿Tienes el valor de arrepentir de tus pecados, de confesarlos y abandonarlos? Mira, no tenemos que avergonzarnos y esconder nuestros pecados aquí. Dios ya los sabe y espera para perdonarnos.

Hijos: el pecado de la rebelión y una actitud mala contra tus papás.

Padres: falta de amor y protección y atención a sus hijos.

Esposas: no te sometes a tu esposo como es el diseño de Dios.

Esposos: no amas a tu esposa con un amor que se sacrifica. Eres egoísta y fuerte cuando debes ser dador y tierno.

Hombres: usan pornografía y no cuidan sus ojos ni pensamientos.

Todos: vivimos comparándonos unos con otros, chismeando, codiciando, orgullosos, no tenemos compasión de los perdidos ni los necesitados, no vivimos según el fruto del Espíritu.

¡Ay de nosotros!

Pero escuchen lo que dice Dios al final con ese amor que nunca se rinde, nunca se da por vencido, que siempre busca lo mejor para nosotros.

Yo corregiré su rebeldía

y los amaré de pura gracia,

porque mi ira contra ellos se ha calmado.

5 Yo seré para Israel como el rocío,

y lo haré florecer como lirio.

¡Hundirá sus raíces como cedro del Líbano!

6 Sus vástagos crecerán,

y tendrán el esplendor del olivo

y la fragancia del cedro del Líbano.

7 Volverán a habitar bajo mi sombra,

y crecerán como el trigo.

Echarán renuevos, como la vid,

y serán tan famosos como el vino del Líbano.

8 Efraín, ¿yo qué tengo que ver con las imágenes?

¡Soy yo quien te responde y cuida de ti!

Soy como un pino siempre verde;

tu fruto procede de mí.

Mira lo que hace Dios. Toma ese pacto que rompió Israel, que no pudo cumplir y Él mismo pagó el castigo. Jesús, Hijo de Dios, verdadero Dios, verdadero Hombre, pagó el castigo del pacto roto y Él hizo un nuevo pacto. Todos los pecados que menciono, de los cuales yo también soy culpable, Cristo, que siempre fue inocente, murió en la cruz. Él pagó nuestra culpa. Y él nos restaura con su amor que nunca se rinde, nunca se da por vencido, que siempre busca lo mejor para nosotros.

* La frase “amor que nunca se rinde, nunca se da por vencido, que siempre busca lo mejor para nosotros” es algo que se originó conmigo, pero seguramente es influido por el libro de niños, Biblia para niños, Historias de Jesús, Editorial Vida, 2008 en que se repite mucho la frase, “un amor que nunca se acaba, que nunca se da por vencido, que nunca se rompe, que es de siempre y para siempre.” ¡Vale la pena leerlo a sus hijos! ¡Obviamente se pega en la mente!


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